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“La Corte, Camargo y Petro: la novela que ni RCN se atrevió a escribir”

Politica
Amigos oyentes, pónganse las boinas, las bufandas y el sombrero de paja: ¡la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional se puso más candente que arepa con ají!
En Colombia, señores y señoras, ya no necesitamos Netflix… ¡tenemos la elección de magistrados! Y como buen reality criollo, el presidente Gustavo Francisco Petro Orrego sacó su comunicado cargado de poesía política, memoria histórica y, claro, un toquecito de drama épico digno de un bolero de despecho.
Petro nos dice que “él no buscó dominar la Corte”. ¡Faltaba más! Solo puso dos ternitas de nueve, cosa que cualquiera hace un lunes en la tarde mientras se toma un tinto con buñuelo. Y de paso nos recuerda que el uribismo fue el verdadero dueño de las cortes por más de veinte años. Traducido al lenguaje chivero: “si la finca está cercada desde hace rato, ¿pa’ qué me van a culpar si apenas estoy estrenando botas?”.
Pero el discurso se pone sabroso cuando el presidente le suelta el sablazo a Camargo: no confía en él porque —según dice— guardó silencio ante falsos positivos, paramilitarismo y hasta frente a los fiscales de Duque que persiguieron jóvenes como si fueran pokemones. ¡Tremendo prontuario de silencios!
Y ojo al final del texto, porque ahí Petro saca su propio detector de traiciones:
“Mis aliados serán quienes no escogieron el camino de la traición al presidente y al proyecto democrático”.
¡Ajá! O sea que, además de magistrados, ahora tenemos ranking presidencial de lealtades. Como en las viejas telenovelas: “si me apoyas, eres familia; si no, te vas con los malos”.
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🔥 Picante conclusión de La ChivaRadio:
Mientras el país esperaba un magistrado, Petro nos dejó un sermón que parece más carta de despecho político. Y en esa carta, el ají está en cada línea: culpa al uribismo, duda de Camargo, le recuerda a Córdoba sus fosas comunes y termina rodeado solo de “aliados fieles”.
Lo que sí es cierto es que la Corte quedó en medio de un sancocho: entre los que dicen que Petro quiere controlar la justicia, los que juran que Uribe la tuvo amarrada y los que miran desde el Congreso a ver a quién le toca la presa más grande.
En conclusión: Colombia no eligió un magistrado, eligió un nuevo capítulo de esta tragicomedia judicial donde todos dicen defender la Constitución, pero a la hora de la verdad, cada quien la lee como si fuera un horóscopo político.
+ChivaRadio
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